Los alumnos de 4º de ESO hemos realizado la tan esperada excursión de fin de curso a pesar de haber sido en febrero. Nos hemos ido el viernes 25 y regresamos el martes 1 de marzo.
Ha sido una experiencia inolvidable y muy intensa. Desde el primer día hemos tenido que madrugar para llegar a las actividades a tiempo. Después de casi un día de viaje con dos paradas en el camino llegamos a Alcalá de Henares y visitamos el lugar. Llegamos al hotel y después de ver las maravillosas habitaciones bajamos a cenar, quizá la única cena que estaba más o menos buena. El primer día teníamos hasta las 00:30 para irnos a dormir, pero con la emoción puede que hiciéramos un poco de ruido y el horario cambió para las 00:00.
El sábado desayunamos y nos fuimos al zoo. Vimos los animales y los espectáculos de los leones marinos y los delfines. Comimos en el zoo, aunque no demasiado bien. Sobre las 14:30 llegamos al parque de atracciones y teníamos hasta que cerrara el recinto. Montamos en todo lo que pudimos. Algunos se resistieron a probar las atracciones y al final estábamos bastante cansados, pero cada vez descubríamos algo nuevo y era inevitable montarse. Al final subimos al bus la mayoría empapados y con la cara quemada. Nos pasamos una hora en un atasco, pero al llegar al hotel cenamos y vimos el partido Deportivo- Barça en la recepción.
El segundo día tocaba ir a Faunia. Hacía muchísimo frío y nos pasamos un rato esperando hasta que abrieran. Otra vez visitamos los animales, asistimos a los espectáculos y compramos algún que otro suvenir. Fuimos a comer al Hard Rock Café y posteriormente caminamos toda la Castellana hasta llegar al estadio Santiago Bernabéu. Llegamos bastante cansados y no había muchas ganas de ir al Museo de Cera. A pesar del cansancio, después de la cena y una ducha fuimos a una bolera cercana al hotel.
Ya el penúltimo día realizamos una visita guiada por Madrid. Estábamos bastante cansados y nos costaba prestar atención a Alejandro, el guía. Comimos en el Museo del Jamón en plena Gran Vía madrileña. Por la tarde fuimos a Toledo, donde tuvimos tiempo libre y nos lo pasamos bastante bien, aunque no fueran los monumentos el motivo de la diversión. Por la noche volvimos a la bolera, aunque esta vez no se quedó nadie en el hotel. Nos lo pasamos genial, mucho mejor que el día anterior. ¿El motivo? Estábamos dispuestos a jugar a lo que fuera con tal de conseguir puntos para un regalo. Al final nos sobraban. Elegimos un elefante de peluche y una caña con peces para la clase. En cuanto a la noche, no dormimos nada o muy poco, de todas formas teníamos el viaje de vuelta para descansar.
Martes, hora de volver. Nos levantamos temprano para recoger todo y poder ir al Monasterio de San Lorenzo del Escorial antes de ponernos de camino a Galicia. Nos nevó en la sierra. Casi todos caímos rendidos y no hay nadie sin su foto durmiendo. Comimos en León y finalmente, Carballo, la fecha más temida. La excursión había acabado y a penas éramos conscientes de que estábamos en la capital española. Tantos días esperándola y ya había pasado, de una forma tan fugaz que apenas tuvimos tiempo de disfrutarla.
Los viajes en bus, cuando no dormíamos fueron muy amenos, con las películas, las canciones, las que nosotros cantamos y el tan famoso ¡Camarerooooooooooooo!
Los viajes en bus, cuando no dormíamos fueron muy amenos, con las películas, las canciones, las que nosotros cantamos y el tan famoso ¡Camarerooooooooooooo!
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